Ha desaparecido un auténtico icono de los últimos años en Lezama. Soporte de reivindicaciones vecinales, testigo, víctima y también azote de un desarrollo mal desarrollado. Una denuncia inerte y sin embargo viva hasta los últimos días del 2011 de los malos tratos sufridos por Kurutze. Ya no molestarás más en la acera pero echaremos de menos tu reivindicativa presencia.